El desgaste emocional (sensación de impotencia, culpa o frustración…) y el estrés psicológico que puede experimentar uno o los dos miembros de una pareja durante los tratamientos de reproducción asistida, supone con frecuencia una alteración en la autoestima personal y en la dinámica de la propia pareja que puede llegar a poner en peligro la estabilidad de esta, así como la necesaria continuidad y eficacia en los tratamientos.
La experiencia nos demuestra que estos problemas pueden atenuarse si ambos miembros de la pareja se involucran en el tratamiento, disponen de la información necesaria acerca del proceso y tienen un asesoramiento psicológico adecuado. Por ello en IMF hemos considerado imprescindible contar con un servicio de apoyo psicológico dirigido por una especialista en este campo.