Quiero ser madre, pero ahora no

No es ningún secreto que cada vez son más las mujeres que toman la decisión de posponer sus proyectos de maternidad, ya sea por motivos personales, de salud, laborales o familiares.

Puede parecer raro, pero es que el estilo de vida actual es totalmente distinto al de las generaciones pasadas. Son muchas las razones por las que una mujer puede querer posponer su embarazo, ya que para ella «no es el momento», a pesar de las presiones sociales o incluso familiares que se suelen recibir al llegar a la treintena. Por ello, aún más si cabe, el hecho de poder decidir cómo y cuándo ser madre, de tener esa libertad como mujer, es un gran logro.

Y es que no se puede dar la espalda a esta nueva realidad social que condiciona, inevitablemente, la edad a la que se decide ser madre. La incorporación al mundo laboral, tener más expectativas y aspiraciones que las generaciones predecesoras, convivir en una época de inestabilidad no solo financiera sino también sentimental… Todo ello, nos hace retrasar ese
momento sin ser conscientes de los factores biológicos que no podemos ignorar, como por ejemplo:

• La reserva ovárica de la mujer no es ilimitada, va disminuyendo con el paso de los años y a su vez perdiendo calidad ovocitaria.
• El pico máximo de fertilidad es alcanzado a los 20 años.
• A partir de los 35 años la reserva ovárica disminuye de manera significante, haciendo que disminuya la fertilidad femenina.
• La tasa de embarazo natural una vez cumplidos los 40 es del 5%.

Aun así, con todos estos factores biológicos que nos van en contra, el hecho de querer retrasar este momento no tiene por qué llevarnos a renunciar al sueño de crear nuestra propia familia. Dentro de los tratamientos por los que podemos optar para asegurarnos unos óvulos fértiles en el futuro, tenemos la llamada «vitrificación de óvulos», mediante la cual, los óvulos maduros conseguidos tras la estimulación ovárica son criopreservados para usarlos posteriormente.

Esta técnica, que solemos llamar comúnmente como «congelación de óvulos», es la más conocida y nos permite retrasar la maternidad, eligiendo cuándo queremos ser madres, con la calidad de los óvulos del momento en que se congelaron. Por eso, lo recomendado es realizarla antes de los 35 años.

De esta manera, en caso de utilizarlos en un futuro, se asegura una mayor tasa de supervivencia a la desvitrificación o descongelación ovocitaria y una mayor probabilidad de conseguir el embarazo.

Si necesitas más información sobre este tratamiento, no dudes en ponerte en contacto con nosotros

 

 

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