Emociones y fertilidad: ¿Cómo están relacionadas?

Considerar que la fertilidad es un proceso exclusivamente físico es prácticamente imposible. Científicamente, se ha probado que los procesos reproductivos están íntimamente ligados al plano emocional, ya que son muchos los estados de ánimo por los que transcurre la pareja durante la búsqueda de un embarazo, desde la depresión, ansiedad y rabia, el desajuste cognitivo, e incluso hasta la baja autoestima.

Visto desde otra perspectiva, también se ha comprobado que la infertilidad produce un diverso conjunto de emociones que influyen negativamente en su calidad de vida, principalmente por el desgaste emocional que se deriva de los largos períodos de estrés, angustia e impaciencia por la espera del ansiado bebé.

En consecuencia, los estudios científicos confirman que esta tensión emocional producida durante la preconcepción repercute a nivel físico en la función del hipotálamo, la glándula endocrina que regula los ciclos menstruales; es decir, se reduce la producción hormonal y ello conduce a una estimulación ovárica insuficiente como para poder concretar la menstruación.

 

Hasta un 65%

La relación entre las emociones y fertilidad se entiende más claramente durante los periodos de exámenes, retos laborales estresantes o de problemas familiares; etapas en las que la ovulación suele adelantarse, atrasarse o incluso anularse; con lo cual, se verifica que efectivamente las emociones modifican el funcionamiento del ciclo reproductivo en la mujer.

De hecho, estudios afirman que por lo menos de un 25% al 65% de las pacientes que asisten a las clínicas de reproducción asistida, presentan síntomas clínicamente significativos en ansiedad y estrés durante la búsqueda del bebé, otra fuente que reafirma la relación existente entre emociones y fertilidad.

Dicha relación suele profundizarse cuando el proceso de quedarse embarazada se alarga meses y meses, lo que conduce a las pacientes a permanecer en estados de angustia, nerviosismo e incertidumbre de forma prolongada; llegando incluso a paralizarlas y dejarlas en un estado de hibernación, sin sentir ilusión por ningún nuevo proyecto.

En muchos casos, donde no hay un asertivo manejo de las emociones durante los tratamientos reproductivos, es tal el estrés que experimentan las parejas, que muchas no consiguen soportar la presión y se intensifican problemas previos no resueltos, terminando incluso en la separación.

Debido a ello, es que las clínicas especializadas ofrecen un completo servicio de atención psicológica y terapéutica, para reforzar los sistemas de apoyo en la pareja, que les permita superar el proceso, aumentando la complicidad y el sentimiento de apoyo mutuo.

 

Tratamientos reproductivos y emociones

Cuando hablamos de infertilidad, hay que destacar que no a todas las parejas les afecta de mismo modo. Esto, sin duda, depende de cómo afronten el impacto psicológico de esta noticia, así como los recursos de los que dispongan para adaptarse a esta situación.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, la esterilidad o infertilidad supone un impacto estresante para la pareja, una crisis y una etapa compleja en los cuales deben considerar decisiones apremiantes. Una vez emitido el diagnóstico, en primer momento se suelen presentar emociones negativas en la pareja, que van desde el miedo, la culpa, la ansiedad, la confusión, la tristeza y la ilusión de encontrar una solución viable.

En esta fase, es necesario el acompañamiento especializado. No solo para conocer las soluciones que ofrece la medicina reproductiva ante el caso en particular de cada paciente, sino por el acompañamiento y contención psicológica que suelen ofrecer para sobrellevar el tratamiento.

Como se podrá comprender, la culpa es el peor de los aliados si se quiere quedar embarazada. De igual manera, la frustración y tristeza se desencadenan de cada intento fallido y cada ciclo de espera.

Como es obvio, en los tratamientos de la reproducción asistida no se puede alcanzar un control absoluto sobre el estado de la fertilidad del paciente. Por tanto, la incertidumbre es un aspecto que les acompañará prácticamente a lo largo de todo el proceso. Hay que tenerlo presente y confiar que los especialistas hacen el mejor desempeño para lograr el ansiado bebé.

Por último, se debe comprender que las emociones pueden verse afectadas por la infertilidad, reflejándose en las siguientes áreas:

 

  • Vida Personal: Presiones a las que es sometido el cuerpo por las emociones, las cuales van socavando la autoestima y personalidad del paciente.
  • Vida en la pareja: Muchas sufren un deterioro considerable de la relación de pareja, debido a la comunicación monotemática y a la sexualidad programada y poco espontánea.
  • La vida social: La incomodidad derivada de la infertilidad también resiente la vida social de la pareja, que cada vez más querrá rehuir de amigos, familiares y sus preguntas penosas y la sensación de no ser comprendidos por personas ajenas.

 

 

Principales emociones en procesos de fertilidad

  • Desilusión (se vive mes a mes, cuando llega la menstruación).
  • Miedo y ansiedad (sensación de pánico al no poder quedar embarazada).
  • Soledad en los procesos de fertilidad (la pareja tiende a aislarse, para evitar las preguntas y dar explicaciones).
  • Desgaste de energía y crisis (suele ser una etapa dolorosa y de adaptación, que genera desgaste de energía y supone una crisis personal y en la pareja).

 

Por todo esto, durante los procesos de la reproducción asistida, es fundamental la gestión de las emociones y la fertilidad, un tema que debe ser abordado de forma conjunta por los especialistas y un equipo multidisciplinar; con el objetivo de brindar las orientaciones necesarias que permitan mejorar la comunicación en la pareja, tomar las decisiones adecuadas a seguir y el fortalecimiento de los sistemas de apoyo de la pareja durante la búsqueda de un embarazo.

 

No esperes más, ¡Sé mamá cuando quieras!

 

 

 

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